lunes, 17 de diciembre de 2012

ALBERTO FUJIMORI: ¿INDULTAR O NO INDULTAR?

Escribe Pamela Pacheco

El 19 de noviembre de 2000, Alberto Fujimori renunció a la presidencia del Perú por medio de un fax enviado desde Tokio, luego del destape del escándalo de corrupción ocurrido durante su tercera legislatura. Tras una exhaustiva investigación fue condenado a 25 años de cárcel por los delitos de secuestro, homicidio y crímenes de lesa humanidad.


Durante su gobierno, el ex mandatario constituyó un ejército integrado por militares denominado "Grupo Colina", bajo el mando directo del ex asesor del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), Vladimiro Montesinos, órgano que dependía directamente de la Presidencia de la República. De ahí que Fujimori tiene responsabilidad penal directa sobre los crímenes cometidos por el "Grupo Colina". 

A fin de no rendir cuentas ante las autoridades peruanas, Fujimori se refugió en Japón alegando su nacionalidad japonesa, confirmada por el ministro de Justicia del país de oriente, Masahiko Komura. A esa conclusión se llegó porque el nombre japonés del ex presidente peruano, Kenya Fujimori, aparece en el registro civil de la provincia de Kumamoto, de la que son originarios sus antepasados. 

Fujimori, hijo de inmigrantes nipones que se establecieron en Perú en los años 30, fue inscripto al nacer en el consulado japonés en Lima y figura en el registro o "koseki" de su familia en el pueblo de Kumamoto, lo que le otorga la condición de ciudadano japonés. 

LA CAÍDA DE FUJIMORI

El principio del fin del ex presidente fue un vídeo en el que se veía al entonces asesor de Fujimori y jefe de los Servicios Secretos, Vladimiro Montesinos, sobornando a un diputado de la oposición. 

El hecho desencadenó una grave crisis. Montesinos fue oficialmente destituido de sus cargos y tuvo que huir del país. Fujimori anunció elecciones presidenciales anticipadas para el 8 de abril de 2001. El ex mandatario argumentó su decisión en el deseo de no entorpecer el proceso de democratización para que las próximas elecciones puedan ser absolutamente limpias.

En aquel momento versiones extra oficiales señalaron que Fujimori se fugó del país para evitar ser condenado por haber codirigido con Vladimiro Montesinos una enorme trama de corrupción. El tiempo les dio la razón.

¿INDULTAR O NO INDULTAR?

El 10 de octubre de 2012, Keiko, Sashi, Hiro y Kenyi Fujimori, los cuatro hijos que tuvo con la ex congresista Susana Higushi, presentaron en el Ministerio de Justicia el pedido de indulto para el ex presidente alegando razones humanitarias por su deteriorado estado de salud, producido por un Cáncer de boca. 
 
La petición de indulto va acompañada por una de "reparación civil", que reclama la pensión de Fujimori como ex presidente y como profesor de una universidad pública.

El otorgamiento de este beneficio está en manos del presidente de la República, según indica la Constitución, recayendo por este periodo en Ollanta Humala. Durante su participación en la Cumbre Iberoamericana, el actual presidente del Perú evitó posicionarse declarando que la decisión del indulto no está en sus manos.

La solicitud de indulto a Fujimori tiene que ser evaluada por una comisión del Ministerio de Justicia, tras lo cual se elevará un informe al presidente Ollanta Humala para que tome una decisión, respuesta que no tiene un plazo establecido. 
 
Por su parte, el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa declaró estar en contra de este indulto y además brindó su apoyo a Humala durante la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del Perú en 2011, en las que la disputa estaba entre el militar retirado y la hija de Fujimori. Cabe recordar que Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori disputaron la presidencia del país andino en 1990.

El mundo da vueltas, la solicitud de indulto al ex presidente peruano alega razones humanitarias, cuando uno de los motivos de su condena fue su implicación directa en crímenes de lesa humanidad. Los principales aliados de Fujimori son sus dos hijos, ambos políticos peruanos en activo. Por último, la ministra de Justicia del Perú, Eva Rivas, sostiene que el indulto no sólo es el perdón de la pena sino también el reconocimiento de los delitos y que la solicitud debe estar firmada por el condenado, la petición del indulto a Fujimori no lleva su rúbrica. El debate está abierto.

Pamela Pacheco González (Perú) es egresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Es periodista, actualmente vive y trabaja como comunicadora en Madrid.



lunes, 10 de diciembre de 2012

EL PAÍS MENOS COMPRENDIDO DEL MUNDO

Escribe Adrian Elliot

España, Grecia y, en menor medida, Italia, hoy se quejan de que no se sienten comprendidos. Por mucho que se esfuercen por satisfacer las demandas de sus acreedores, la situación económica sólo empeora y, al margen de los esfuerzos de la Unión Europea y de Alemania de buscar una solución, la opinión pública de los demás países sigue pidiendo mayores sacrificios, alentada por la sensación de que de alguna forma, lo tenemos merecido por el despilfarro y la falta de productividad de los años anteriores. 

Es una percepción injustificada, sin embargo, se trata de una sensación terrible sentir que nadie más te entiende, y en un mundo en el que la información se extienda tan rápidamente y las percepciones se consoliden a velocidad de vértigo, muchas veces a base de información poco contrastada, es sumamente difícil dar la vuelta al tema. 

Hoy, de todas formas, el país menos comprendido del mundo no es España ni de lejos. Nos trasladamos un momento a Oriente Próximo y vemos como Israel se ha transformado en relativamente poco tiempo en una paria tanto para la opinión pública internacional como para la de los gobiernos de unos países que hasta hace poco eran sus grandes aliados. La semana pasada Israel perdió una nueva batalla y sufrió la humillación de ver como estos aliados apoyaran el nombramiento de Palestina como estado observador en la ONU. Después de los últimos ataques a Gaza y la muerte de 140 palestinos, la Autoridad Palestina ha ganado una gran victoria propagandística con este anuncio que deja cada vez más aislado a Israel. 

Viendo los medios europeos, parece que hay un gran consenso social de que Israel, y en particular el Gobierno de Benyamín Netanyahu,  se ha excedido en su política de represión en los territorios ocupados. Y más ahora después de que la reacción del Gobierno israelí haya sido la de anunciar la decisión de congelar la transferencia de nuevos fondos de ayuda a la Autoridad Palestina y de iniciar la construcción de 3.000 viviendas en Cisjordania. Las críticas, además, han arreciado entre los sectores más moderados de la opinión pública israelí. Hoy, en un editorial, el diario liberal israelí, Haaretz, ha amonestado duramente al Primer Ministro por tomar una decisión que, según este rotativo, crea el riesgo de que la imagen de Israel en el mundo pronto sea equiparable a la de Irán. Sin embargo, en los medios europeos no nos damos cuenta de estas últimas críticas y preferimos pensar que todos los israelíes apoyan ciegamente a su gobierno. Si vamos a transformar al Gobierno de Israel en paria, ¿por qué no también a sus ciudadanos?
 
De todas formas, ante su nuevo aislamiento, ¿cómo han respondido los que defienden Israel desde fuera de sus fronteras? Esta semana la revista, The Economist, ha publicado una carta de Joel Eisen, profesor asistente de la Universidad de Toronto con la que replica a un artículo del mismo semanario en el que se afirmó que la reacción militar de Israel en Gaza no había sido proporcional.  Cito, “Los terroristas de Hamás actúan de forma deliberada para atacar a la población civil israelí y celebran cada muerte mientras Israel tiene en el blanco a depósitos de armamento y comandantes terroristas. Algunos transeúntes palestinos han sido víctimas del fuego cruzado, sin embargo, no mencionaron el hecho de que los lanzacohetes palestinos se ubican estratégicamente en barrios densamente poblados, a escasos metros de escuelas y mezquitas. Tampoco mencionaron que Israel lanzaba folletos y enviaba mensajes de texto a la población civil para advertirles del ataque inminente”. Concluye con la pregunta, “¿Estarían satisfechos los críticos si, además de los cinco, Israel hubiera sufrido 135 bajas más?”
 
Los mismos argumentos los he leído en numerosos foros, no sólo ahora sino hace cuatro años durante la anterior guerra de Gaza. A primera vista parecen bastante sólidos pero son los mismos de siempre y se ha demostrado que ya no sirven para alterar la opinión pública internacional que apoya cada vez más la posición palestina en el conflicto. Además, por muy sólidos que sean, también generan dudas. ¿Sirve de algo ser avisado de un inminente bombardeo en un territorio tan sobrepoblado como Gaza?

Muchas veces la línea entre la política de comunicación de los Gobiernos y la política con mayúsculas es increíblemente fina y cualquier profesional de las relaciones públicas tendría harto difícil argumentar en el contexto actual que Israel es víctima –por mucho que cada día Hamas lance cohetes hasta Tel Aviv o Jerusalén- si mientras todo el mundo avanza en la dirección de un mayor reconocimiento del Estado palestino el Gobierno israelí persiste en su política de provocación mediante la ampliación de sus asentamientos y la retirada de los fondos que Gaza necesita para poder desarrollarse económicamente. 

Sin ninguna duda, Gaza está gobernado por una organización terrorista, que tiene como objetivo declarado la destrucción de Israel. Sin embargo, también es verdad que ese partido está en el poder gracias a los votos de sus ciudadanos y, por otra parte, hay que reconocer que la opinión pública palestina se radicalizó en gran parte como consecuencia de la represión israelí. Israel tiene todo el derecho a presumir de ser un país rico, social y económicamente avanzado y con un sistema político maduro, sin embargo, esta es la mejor prueba de que el éxito económico es el sine qua non de la paz y la estabilidad y que sólo un estado palestino próspero podrá transformarse algún día en amigo de Israel. Desde luego, en un estado palestino desarrollado dudo que los civiles estén tan dispuestos a convertirse en escudos humanos o a votar a un partido que tenga como único objetivo destruir a su vecino, aunque el precio sea la vida de miles de sus propios ciudadanos.

Para ganar un debate en el mundo moderno, en el que todos tenemos el derecho a opinar, no es suficiente repetir día tras día las mismas mantras sin ninguna voluntad de autocrítica o de analizar hasta qué punto ha cambiado la situación sobre el terreno. Israel es un aliado fundamental de Europa y las Américas y tenemos incontables motivos para apoyarles, sin embargo, los ciudadanos no son completamente ingenuos. Sabemos que dentro de Israel existen muchas tensiones políticas entre las comunidades ortodoxa, moderada y laica; que las decisiones de sus gobernantes no son siempre bien intencionadas; pero que sus acciones serán instrumentales o para reconducir la situación hacia un escenario de paz o para hacer que el conflicto se enquiste. Irán y los países árabes tienen una gran responsabilidad pero Israel también tiene que asumir la suya, y aún reconociendo el importante papel que juega dentro de la estructura geopolítica mundial, sobre todo, necesita un nuevo discurso que llegue a sus ciudadanos, sus aliados, a través de ellos a la opinión pública internacional, y que vuelva a transmitir la confianza en su gestión de este tan irresoluble conflicto en Oriente Próximo.

Adrian Elliot (España) es egresado del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Director de Cuentas de Grayling España.

lunes, 3 de diciembre de 2012

LA HAYA DEVUELVE A NICARAGUA MILES DE METROS DE MAR


 
Escribe Deylin Gutiérrez

Desde hace unos días el mapa de Nicaragua es más grande. La Corte Internacional de Justicia (ICJ) le concedió más de 100 mil kilómetros cuadrados en el mar Caribe, que durante muchos años estuvieron en posesión de Colombia, pero que legalmente no eran de ese país.



Todo comenzó en los años 80,  el primer Gobierno sandinista decidió desconocer un tratado entre Nicaragua y Colombia, firmado en 1928 (Bárcenas-Esguerra). En ese acuerdo Managua cedía a Bogotá la soberanía del archipiélago de San Andrés, ubicado en el mar Caribe, y por ese gesto obtendría del país suramericano una parte del mar que nunca fue definida.  

Durante los años que se firmó el tratado, Nicaragua estaba ocupada por el ejército de los Estados Unidos. Fue precisamente esa ocupación la que esgrimió el Gobierno nicaragüense para desconocer tal acuerdo en La Haya. 

La estrategia de Colombia 

Desde hace varias décadas y  por razones de la geopolítica, Colombia ha pretendido dominar las aguas del Caribe central. La plataforma continental nicaragüense  es una de las más grandes de los países caribeños y una de las más ricas en biodiversidad. Colombia empezó su estrategia de dominación en Honduras, vecino de Nicaragua en el norte, pero no le fue bien.  

En diciembre de 1999 el Gobierno de Nicaragua, reaccionó airado después de que Tegucigalpa y Bogotá ratificaran el tratado (Ramírez-López) en el que definían sus fronteras en el Atlántico, y en el que se lesionaban los intereses de Managua. Esa delimitación despojaba a Nicaragua de unos 130 mil kilómetros cuadrados de plataforma marítima.

Nicaragua demandó a Honduras ante la Corte de la Haya para que suspendiese la ratificación de ese tratado, y de paso delimitase el espacio marítimo de ambos países en el Caribe. En 2007 el tribunal internacional estableció los límites de los dos países centroamericanos que no fueron precisamente los que decía el acuerdo Ramírez-López. 

Con esas cartas jugadas  en el escenario internacional, Nicaragua decidió ir a por Colombia. El 6 de diciembre del 2001 el país centroamericano demandó al Estado colombiano en La Haya para que éste organismo le devolviese la soberanía sobre el grupo de islas que estaban en posesión del país andino gracias al acuerdo firmado en 1928, y además que definiera el límite fronterizo entre ambos países.

En un complejo proceso judicial, que duró más de diez años, la Corte falló finalmente el pasado 19 de noviembre.  El máximo tribunal reconoció la soberanía de Colombia sobre ese grupo de islas que Nicaragua reclamaba como suyas, sin embargo le cedió al país centroamericano una importante porción de más de 100 mil kilómetros cuadrados que Bogotá explotaba desde hacía mucho tiempo.
El país andino mantiene la soberanía sobre las islas, pero perdió parte de su territorio marítimo. 

Nicaragua en el banquillo de La Haya

Nicaragua es el país centroamericano que más ha recurrido a la Corte Internacional de Justicia (ICJ). La mayoría de veces que ha ido lo ha hecho para demandar temas de delimitación marítima, pero también ha asistido por temas políticos.

El país centroamericano se estrenó en La Haya en 1958 cuando fue demandado por el Gobierno de Honduras para que reconociese una resolución emitida por el Rey de España en 1906 en el que se determinaba la frontera entre ambos países.

Pero el caso más importante que le ha tocado enfrentar a Nicaragua fue la demanda que interpuso contra el Gobierno de los Estados Unidos en abril de 1984. Nicaragua logró demostrar ante la Corte Internacional que el Gobierno de Washington había violado el derecho internacional al financiar la guerra de los años 80 en contra del pueblo nicaragüense.   

De las once veces que Nicaragua ha estado sentada en el banquillo de La Haya, nueve   ha  sido como demandante o como demandado por otro país de la región centroamericana, excepto en el caso de los Estados Unidos, y solamente tres lo ha hecho como parte de un conflicto entre otros  países.   

Deylin Gutiérrez Pérez (Nicaragua) es egresado del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Además, es periodista y escribe sobre temas internacionales relacionados con Centroamérica y trabaja en proyectos de comunicación 2.0. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

PRUEBA Y ERROR

Escribe Dianeth Pérez


Hace unos días el Ministro Presidente de los Países Bajos, Marc Rutte, se disculpaba por los recortes propuestos en los presupuestos y daba marcha atrás. Las críticas venían de los afectados por dichos recortes, pero sobre todo, por miembros de su propio partido político.


No puedo evitar comparar esta situación con México, mi país de origen. ¿Un gobernante que pide disculpas? Jamás. ¿Que da marcha atrás? Un político mexicano nunca se equivoca. ¿Críticas de su propio partido? Impensable.  

Rutte y Samson, los ganadores de las pasadas elecciones de septiembre, se han hallado muy cómodos trabajando juntos y han metido el acelerador a fondo tanto en la formación del gabinete como en los recortes exigidos por Bruselas. No han tomado en cuenta el aspecto social en el que se basan sus partidos.

Las deducciones de la hipoteca, la seguridad social y la subida de impuestos están otra vez sobre la mesa. Qué maravilla vivir en un país donde los políticos son simples mortales que cometen errores, los reconocen y los enmiendan. 

La crisis se nota más que nunca. Las noticias hablan del posible cierre de 10 prisiones. Esto implica despedir al personal y acomodar a varios presos en una sola celda. Lo leo varias veces, porque no lo creo. Esto último parece pesarles más que despedir al personal. No por nada califican a las cárceles como hoteles de lujo.

Otra noticia. Los dueños de mascotas optan por abandonarlos en el asilo al no poder mantenerlos o los duermen si están enfermos para no pagar los tratamientos médicos. Los asilos de animales están al borde de su capacidad y no hay dinero para ellos tampoco.

El poder adquisitivo ha disminuido, las cifras de ventas van para abajo y aunque las fiestas decembrinas son una pequeña esperanza, los holandeses no se caracterizan por su generosidad. La fama de tacaños les hace más honor que nunca.

La gente espera unos presupuestos sensibles a los intereses de los más necesitados, no ha perdido la confianza en sus líderes ni el optimismo en el futuro. La crisis es dura, afecta a todos, pero es algo temporal. Tal vez sea esta mentalidad la que haga la diferencia.

Dianeth Pérez Arreola (México) esegresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial. Licenciada en Ciencias de la Comunicaciónpor la Universidad Autónoma de Baja California, actualmente vive y desempeñasuactividad en Leiden (PaísesBajos).

lunes, 5 de noviembre de 2012

EL EJÉRCITO PRIVADO DE CENTROAMÉRICA


 
Escribe Deylin Gutiérrez

Las empresas de seguridad privada que operan en Centroamérica son en algunas ocasiones parte del problema estructural de inseguridad que afecta a la región. Sus beneficios dependen en gran medida del grado de violencia que se presente en la zona o de la relación que exista entre sus propietarios con las fuerzas del orden.


Un informe de la Federación Panamericana de Seguridad Privada presentado recientemente indica que en la región hay más de 200 mil personas dedicadas a este negocio, ubicadas principalmente en los países con mayor actividad delictiva.

Comúnmente se tiene la idea de que el auge de este tipo de empresas tiene una relación directamente proporcional con el aumento de la violencia en Centroamérica y por la incapacidad de las autoridades policiales para hacer frente al tema de la inseguridad, lo cual es cierto, pero no del todo.

También ha tenido que ver, la incursión a este tipo de negocios de algunos ex militares y ex policías, quienes han querido mantenerse activos valiéndose de sus relaciones y de la experiencia acumulada en su profesión.  

Un informe de la OEA –publicado en 2008- sobre la seguridad privada como respuesta  a la seguridad en zonas urbanas, refiere que en Honduras estas empresas surgieron en la década de los años ochenta dentro de la propia policía y de las fuerzas armadas.

Los empresarios recurrían a las autoridades militares para contratar los servicios de seguridad privada y eran éstos los que además les otorgaban los permisos de funcionamiento para crear esos negocios.

En El Salvador esas empresas surgieron después del conflicto armado de los años ochenta. 

A pesar de las prohibiciones legales, la Policía tiene un programa denominado Bolsa de Trabajo Policial, que es voluntario y al que pueden acogerse aquellos oficiales que tenga un buen expediente disciplinario y que demuestren problemas económicos. Los funcionarios se encargarán de la  vigilancia privada de los espectáculos y de los actos masivos.

En Guatemala, el país con mayor guardia de seguridad de la región, este tipo de negocios surgieron a principios de los años setenta y uno de los servicios que más ofrecían y lo siguen haciendo es, el de los antisecuestros. También ayudan a las víctimas que han sufrido algún tipo de extorsión. 

En ese país, el 75 por ciento de las empresas de seguridad privada están gestionadas por ex militares y el resto 25 por ciento por ex policías.   
 
En los últimos años, en la región se ha creado una economía poderosa relacionada con la inseguridad, tanto que hay más agentes de seguridad privada que miembros de las fuerzas públicas. 

En Guatemala, según el periódico hondureño Proceso, es donde hay más agentes privados que policías de toda la región. Para proteger a los casi 13 millones de guatemaltecos hay unos 120 mil guardias de seguridad privada frente a los casi 20 mil oficiales del orden. Esos datos ubican a ese país centroamericano en uno de los más desproporcionados de todo el continente. 

Pero hay también otras preocupaciones relacionada con estas empresas y es el tema de las regulaciones y de sus vínculos con actividades ilegales. En Honduras los guardias de seguridad privada se han visto involucrados en actos de violencia por un conflicto de tierras que ha sido denunciado por organismos de derechos humanos. 

Mientras en Costa Rica, una de cada cinco empresas de seguridad está bajo investigación por el desempeño irregular de sus agentes y muchas de éstas tienen los papeles vencidos desde hace más de diez años.

Es innegable  que  con el crecimiento de estas empresas han aumentado también la percepción de seguridad en algunas zonas, pero en aquellas donde no las hay se corre el riesgo de que la gente quede excluida y gestione sus propios mecanismos de defensa.

Las condiciones de seguridad pública que deberían de ser garantizadas por el Estado, cada vez se ven mermadas por la participación de la empresa privada, en una clara competencia de atribuciones. Si la situación sigue así, es probable que eso de la seguridad sea un asunto privado como tantos otros servicios que hay en la región.

Deylin Gutiérrez Pérez (Nicaragua) es egresado del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Además, es periodista y escribe sobre temas internacionales relacionados con Centroamérica y trabaja en proyectos de comunicación 2.0.

domingo, 21 de octubre de 2012

LA OTRA REALIDAD DE LAS ADOPCIONES

Escribe Paloma Ausín

La adopción de niños en España ha aumentado exponencialmente en los últimos años, situándose en la segunda tasa más alta del mundo, solo superada por la de EE.UU. Con tantos cambios políticos y económicos en nuestros entornos y en el mundo, una alarma social que está pasando desapercibida.

Es el caso de los niños adoptados que están siendo “devueltos” a las instituciones sociales por sus padres adoptivos, -esas parejas que en su día les imaginaron y desearon y les acogieron con grandes propósitos de futuro y expectativas-. 

Solo en Cataluña más de 70 de estos niños adoptados han sido abandonados por sus familias desde el año 2000. Más de la mitad de estos infantes tienen más de 10 años. Una condición que dificulta una futura integración en una familia de acogida, por su condición de preadolescentes y adolescentes, y todos los cambios y problemas que esta etapa conlleva. 

Estos problemas también lo están sufriendo, en mayor medida, países con una larga tradición en adopciones internacionales como Holanda, Suecia, Gran Bretaña y Estados Unidos –en este último se han llegado a registrar hasta 4 “devoluciones” al mes-.

Es cierto, que esto ocurre también en las familias biológicas, que tras no saber gestionar la época de cambio del pre-adolescente, deciden que ya no pueden convivir con sus hijos, y bien les inscriben en colegios internos o bien, y a la desesperada, optan por otras vía, como echarles de casa. Muchos de estos casos los vemos, semanalmente, en el famoso programa “Hermano Mayor”, dirigido por Pedro Aguado. Desde aquí agradecer su gran labor, junto con el programa “Supernanny” de Rocío Ramos-Paúl.

Cuando hablamos sobre el abandono de un menor, siempre nos sorprende, pero es más llamativo cuando procede de parejas adoptantes. Ya que en su día tuvieron que pasar por numerosas pruebas psicológicas, trámites burocráticos, traducciones, inspecciones, viajes, inversión económica elevada, mientras justificaban su alto compromiso y responsabilidad con el menor que iban a tener a su cargo.

Según el artículo 180, del Código Civil, la adopción es irrevocable. Puesto que los padres adoptivos son padres, como si de un hijo biológico se tratase en términos legales. Ese vínculo solo se rompe cuando el niño es adoptado por otra familia o un juez les retira la custodia. 

LAS CAUSAS

Ser padres a “cualquier precio”, implica ciertos riesgos si no se reflexiona sobre las consecuencias de la adopción y sin reparos, las personas se dirigen a vías de adopción que se realizan por contratos sospechosos, pero económicamente validados, en países altamente corruptos.

En ocasiones las parejas adoptantes, cuando reciben a ese hijo tan deseado, posiblemente todavía no hayan pasado el duelo por el hijo perdido o no engendrado, o lo utilicen para estabilizar un matrimonio mal consolidado, que junto con la obsesión, la imagen idílica de familia y el proceso de adopción, que en ocasiones medios y películas trasladan, no estuviesen del todo preparados para la realidad y la responsabilidad que les esperaba.

También, la sobreprotección del hijo, los mimos y las atenciones en exceso, provoque  que el niño o niña no sepa gestionar bien los cambios producidos en su entorno, en la familia, en la escuela. El hecho de “estar mal criado en exceso” le provocará más problemas de inadaptación que beneficios.

Creer que un niño adoptado va a seguir el mismo ritmo de aprendizaje del idioma que un niño bilingüe es un error muy común, ya que estos últimos adaptan la segunda lengua a las habilidades que ha tenido con la primera. Caso contrario con los niños de familias adoptivas que no suelen mantener el idioma materno, por lo que el desarrollo de este idioma se interrumpe bruscamente, afectando a la cognición y el aprendizaje, según los expertos. Si esto se produce en los niños que ya superan los 3 años o 4 años, el problema se incrementa.

Mientras todo lo anterior ocurre, en ocasiones simultáneamente, los niños adoptados tienen que lidiar con los problemas escolares de comprensión de las materias, la frustración de sentirse en su colegio, grupo de amigos o círculo familiar, diferente y, en ocasiones, agredido y aislado. 

SOLUCIONES

Aumentar y mejorar la Ley de Adopción Internacional de 2007 que estableció la obligatoriedad en una formación previa de las familias, para que les permitan comprender y afrontar mejor las consecuencias de una adopción internacional o nacional.

Nuevas medidas para ayudaran a familias a analizar la mejor manera de integración en el seno familiar y escolar, del nuevo miembro. 

Formación en los centros escolares y psicólogos infantiles de las dificultades de idioma e integración de los menores adoptados, con nuevas medidas psicoeducativas.

La utilización de los beneficios de las redes sociales, para estar en contacto con asociaciones y grupos de apoyo de estos padres adoptantes, así como animarles a contar sus experiencias en blogs, entrevistas, etc.

En caso extremo de irresponsabilidad. Aprobar nuevas medidas, que en el  caso de abandono los padres adoptantes abonará una multa y se encargarán de la manutención de ese niño hasta su mayoría de edad, como si se tratase de un hijo biológico más.

Y sobre todo mucho “sentido común” antes de tomar una decisión tan importante.

Paloma Ausín Molina (España) es egresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, escribe un blog sobre liderazgo y talento Miscelánea de Talentos. Además, desarrolla su labor periodística en el área de la comunicación en diversos y variados sectores. En 2009, como proyecto personal, adquirió amplios conocimientos de la cultura y el idioma chino, tras su convivencia con una familia nativa de la ciudad de Shanghái (China).

miércoles, 10 de octubre de 2012

ROCAS Y BALCONES: LOS NUEVOS FARAONES DEL USAR Y TIRAR

 
Escribe Adrian Elliot

Durante mis primeros diez años de vida, pasaba cada verano entre dos semanas y un mes en casa de mis abuelos en Malta. Su casa, ubicada en la ciudad de St Julians, era un edificio sólido, con una gran fachada de piedra caliza y un balcón que daba a la bahía y a la gran pileta en la que los deportistas malteses practicaban el waterpolo. 


Al llegar en el avión, era como aterrizar en otra época. No es casualidad que la película de Alejandro Amenábar, Ágora (2009), fue rodada en esta isla en la que la dureza de la roca sirve como metáfora del carácter de su gente. Llegar al mismo lugar donde hace cerca de 2000 años San Pablo se encontró náufrago presentaba, en efecto, una imagen bíblica. La huella que dejaron los fenicios, los griegos, los romanos, los árabes, los normandos, los habsburgos, los Caballeros de la orden de San Juan, los franceses y los británicos en esta pequeña isla de apenas 316 km2 se mantenía presente y le imprimía una personalidad imposible de copiar.

Después de cumplir los 12 años, por diversos motivos dejamos de ir a Malta y no regresaría hasta 2007. Tiempos de bonanza económica en todo el continente europeo y poco después de la accesión de este pequeño país a la UE. La encontré completamente transformada. Aquella casa que se conserva inalterada -telarañas incluidas- en el recuerdo de mi infancia ya no estaba. Toda la finca había sido derruida para abrir paso a un nuevo bloque de viviendas, de los que puedes encontrar en las afueras de cualquier ciudad del arco mediterráneo. Aquellas amplias habitaciones oscuras, poseídas por fantasmas,  por sus antigüedades, y que nunca se borrarán de mi memoria, habían pasado a la historia y en su lugar había modernos espacios blancos y diáfanos, listos para llenarse de muebles de Ikea. Subimos a la ciudad amurallada de Mdina, en el centro geográfico de la isla, y desde la terraza en la azotea de la conocida pastelería, Fontanella, vimos a nuestro alrededor urbanización tras urbanización, y nos dimos cuenta de hasta qué punto casi todo el campo se había convertido en una gran selva de hormigón.

Ahora Malta sigue de moda y casi todas las semanas escucho a alguien hablar de sus últimas vacaciones en aquel país, el más católico de Europa, convertido en una nueva Ibiza con lengua semítica. Parece que para estar en el mapa lo único que le faltaba a Malta era transformarse en un no lugar, según la definición de Marc Augé: Otro destino más con hoteles tipo resort; playas; y los disc jockey más cool del momento. Me pregunto para qué necesitamos tener un destino si el lugar donde terminamos es exactamente igual al que hemos dejado, y si encima nos vamos a cruzar con nuestros vecinos. Pero es una pregunta inútil. “Renovarse o morir”, me contestarán, y efectivamente, ‘renovarse’ hoy tiene el mismo significado del verbo ‘uniformizarse’. 

Vinieron mis tíos a Madrid hace unos años y la primera noche les llevé a la clásica Taberna de Tirso de Molina, en la esquina de la histórica plaza del barrio de las letras madrileño con la calle Mesón de Paredes. La comida era tradicional y estaba riquísima; tanto que después de aquella experiencia no quisieron aventurarse a otros sitios, tan contentos estaban de poder disfrutar de una comida fresca, copiosa y sin estridencias. En Malta, me dijeron, todo se había vuelto muy fashion; y completamente insípido. Unos meses más tarde, llegó el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y transformó la plaza en un mar de hormigón, a prueba de yonquis y mendigos pero con la misma personalidad de tantos otros espacios de nuestra sufrida ciudad. Y hoy leo que ahora le toca a la Puerta del Sol, que va a tener que soportar otra ‘reordenación’ más para convertirse en un nuevo local de pinchos al aire libre.

En este presente en el que cada día nos levantamos para leer peores noticias, ni siquiera el pasado nos ofrece consuelo. Si antes los objetos acumulados durante toda una vida y guardados generación tras generación nos regalaban el continuo recuerdo del lugar de dónde venimos, ahora nuestras casas y nuestras ciudades están diseñadas como el escenario de un teatro, para vestir a medida de las necesidades de cada día y con muebles de usar y tirar. Hace poco leí que la cadena, Ikea, iba a empezar a comercializar viviendas con la misma filosofía de su negocio de muebles. Se supone que esta crisis nos ha enseñado que todo es efímero y que ya no es necesario poseer nada. Se ha creado el concepto de casas como tiendas de campaña, con una función utilitaria y que nunca deben aguantar más años que las personas que las habitan. 

Y gracias a Spotify y iTunes, ni siquiera somos propietarios de nuestras propias colecciones musicales, que fallecerán con nosotros, meros suscriptores de un servicio que no podremos traspasar a los que nos sigan. Shakespeare decía en su obra, Como gustéis, que “todo el mundo es un escenario, y los hombres y mujeres meros actores”. Tenía toda la razón del mundo. Y es más, el director de la obra es el alcalde o el presidente del gobierno de turno, siempre convencido, por pura egolatría, de que su máxima prioridad es dejar su marca y reordenar el attrezzo a su gusto para que sea fiel reflejo de su filosofía política y social. Dictadores como Franco o Stalin tenían décadas para dejar su marca indeleble en los países que controlaban. Ahora los nuevos dirigentes lo tienen que hacer en cuatro años, y para ello se sirven de la filosofía de Ikea. Nada es permanente. El pasado no fue.

Imagino a un señor ochentero que camina por el Paseo del Prado. Ve el reflejo de aquellos árboles centenarios, siente la suave brisa del otoño mientras caen las hojas coloreando el pavimento y llenándole de pequeños recuerdos y de nostalgia de épocas pasadas. Pues, tendrá que disfrutarlo mientras dure, porque mañana llegará un nuevo dirigente para levantar el asfalto y vestir toda la zona de su ego. En 1976, el entonces alcalde de Madrid, Juan de Arespacochaga, pidió informes para justificar el derribo del Viaducto de la calle Bailén. Dijo que era por seguridad, pero seguramente la causa principal era como todos los demás: dejar su marca. Menos mal que las protestas pusieron fin a su plan. Y menos mal que la ciudad toscana de Pisa no cuente con un alcalde madrileño. Se sentirán muy seguros los habitantes, pero flaco favor haría al recuerdo de los lugareños y a su gran contribución al patrimonio de la humanidad.

En este mundo feliz me siento como el loco que colecciona balcones en la obra del premio nobel, Mario Vargas Llosa. El desarrollo y el progreso son necesarios pero si todo el presente se muestra uniforme y desechable, más vale que emigremos a Marte. Nuestro gran patrimonio histórico y cultural da para mucho más.

Adrian Elliot (España) es egresado del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente es Director de Cuentas de Grayling España.