La adopción de niños en España ha aumentado
exponencialmente en los últimos años, situándose en la segunda tasa más alta
del mundo, solo superada por la de EE.UU. Con tantos cambios políticos y económicos
en nuestros entornos y en el mundo, una alarma social que está pasando
desapercibida.
Es el caso de los niños adoptados que están siendo “devueltos” a
las instituciones sociales por sus padres adoptivos, -esas parejas que en su
día les imaginaron y desearon y les acogieron con grandes propósitos de futuro
y expectativas-.
Solo en Cataluña más de 70 de estos niños adoptados
han sido abandonados por sus familias desde el año 2000. Más de la mitad de estos
infantes tienen más de 10 años. Una condición que dificulta una futura
integración en una familia de acogida, por su condición de preadolescentes y
adolescentes, y todos los cambios y problemas que esta etapa conlleva.
Estos problemas también lo están sufriendo,
en mayor medida, países con una larga tradición en adopciones internacionales
como Holanda, Suecia, Gran Bretaña y
Estados Unidos –en este último se han llegado a registrar hasta 4 “devoluciones”
al mes-.
Es cierto, que esto ocurre también en las familias
biológicas, que tras no saber gestionar la época de cambio del pre-adolescente,
deciden que ya no pueden convivir con sus hijos, y bien les inscriben en
colegios internos o bien, y a la desesperada, optan por otras vía, como echarles
de casa. Muchos de estos casos los vemos, semanalmente, en el famoso programa
“Hermano Mayor”, dirigido por Pedro Aguado. Desde aquí agradecer su gran
labor, junto con el programa “Supernanny” de Rocío Ramos-Paúl.
Cuando hablamos sobre el abandono de un
menor, siempre nos sorprende, pero es más llamativo cuando procede de parejas
adoptantes. Ya que en su día tuvieron
que pasar por numerosas pruebas psicológicas, trámites burocráticos, traducciones, inspecciones, viajes, inversión económica elevada, mientras
justificaban su alto compromiso y responsabilidad con el menor que iban a tener
a su cargo.
Según el artículo 180, del Código Civil, la adopción es irrevocable. Puesto que los
padres adoptivos son padres, como si de un hijo biológico se tratase en
términos legales. Ese vínculo solo se rompe cuando el niño es adoptado por otra
familia o un juez les retira la custodia.
LAS CAUSAS
Ser padres a “cualquier precio”, implica
ciertos riesgos si no se reflexiona sobre las consecuencias de la adopción y
sin reparos, las personas se dirigen a vías de adopción que se realizan por
contratos sospechosos, pero económicamente validados, en países altamente
corruptos.
En ocasiones las parejas adoptantes, cuando reciben a ese hijo tan deseado, posiblemente
todavía no hayan pasado el duelo por el hijo perdido o no engendrado, o lo
utilicen para estabilizar un matrimonio mal consolidado, que junto con la
obsesión, la imagen idílica de familia y el proceso de adopción, que en
ocasiones medios y películas trasladan, no estuviesen del todo preparados para
la realidad y la responsabilidad que les esperaba.
También, la sobreprotección del hijo, los
mimos y las atenciones en exceso, provoque que el niño o niña no sepa gestionar bien los
cambios producidos en su entorno, en la familia, en la escuela. El hecho de
“estar mal criado en exceso” le provocará más problemas de inadaptación que
beneficios.
Creer que un niño adoptado va a seguir el mismo
ritmo de aprendizaje del idioma que un niño bilingüe es un error muy común, ya
que estos últimos adaptan la segunda lengua a las habilidades que ha tenido con
la primera. Caso contrario con los niños de familias adoptivas que no suelen
mantener el idioma materno, por lo que el desarrollo de este idioma se
interrumpe bruscamente, afectando a la cognición y el aprendizaje, según los
expertos. Si esto se produce en los niños que ya superan los 3 años o 4 años,
el problema se incrementa.
Mientras todo lo anterior ocurre, en
ocasiones simultáneamente, los niños adoptados tienen que lidiar con los
problemas escolares de comprensión de las materias, la frustración de sentirse
en su colegio, grupo de amigos o círculo familiar, diferente y, en ocasiones, agredido
y aislado.
SOLUCIONES
Aumentar y mejorar la Ley de Adopción
Internacional de 2007 que estableció la obligatoriedad en una formación previa
de las familias, para que les permitan comprender y afrontar mejor las consecuencias de una
adopción internacional o nacional.
Nuevas medidas para ayudaran a familias a analizar la mejor
manera de integración en el seno familiar y escolar, del nuevo miembro.
Formación en los centros escolares y
psicólogos infantiles de las dificultades de idioma e integración de los
menores adoptados, con nuevas medidas psicoeducativas.
La utilización de los beneficios de las redes
sociales, para estar en contacto con asociaciones y grupos de apoyo de estos padres
adoptantes, así como animarles a contar sus experiencias en blogs, entrevistas,
etc.
En caso extremo de irresponsabilidad. Aprobar
nuevas medidas, que en el caso de
abandono los padres adoptantes abonará una multa y se encargarán de la manutención
de ese niño hasta su mayoría de edad, como si se tratase de un hijo biológico
más.
Y sobre todo mucho “sentido común” antes de
tomar una decisión tan importante.
Paloma Ausín
Molina (España) es egresada del Máster en Comunicación Periodística,
Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente,
escribe un blog sobre liderazgo y talento Miscelánea
de Talentos. Además, desarrolla su labor periodística en
el área de la comunicación en diversos y variados sectores. En 2009, como proyecto
personal, adquirió amplios conocimientos de la cultura y el idioma chino, tras
su convivencia con una familia nativa de la ciudad de
Shanghái (China).