jueves, 2 de mayo de 2013

GUILLERMO ALEJANDRO, REY DE LOS PAÍSES BAJOS


Escribe Dianeth Pérez

La euforia naranja aún no termina. Recién ungido –que no coronado-, Guillermo Alejandro de Holanda cumplirá su primer acto protocolario tras la ceremonia del 30 de abril este fin de semana. El 4 de mayo se recuerda a los caídos en la Segunda Guerra Mundial y el rey y la reina colocarán una ofrenda floral en la plaza Dam de Amsterdam, como lo había hecho la reina Beatriz los últimos 33 años.

El pueblo holandés todavía saborea los ecos del 30 de abril. Cerca de 200 mil personas se trasladaron desde distintos puntos de la geografía nacional hasta Amsterdam para ser testigos de la abdicación de Beatriz y la ascensión al trono de su primogénito, Guillermo Alejandro y su esposa, Máxima.

Los miembros de la familia real caminaron entre la gente, navegaron en los canales de la ciudad y escucharon la canción especial dedicada al nuevo rey e interpretada por los más grandes artistas holandeses. Los corresponsales ingleses destacaron la cercanía de la familia real con su pueblo, mientras otros periodistas no podía dejar de comentar la larguísima espera del aspirante al trono británico, Carlos de Inglaterra.

Hubo una pequeña protesta de los anti-monárquicos –la policía calculó unos 100 asistentes-, que se apagó rápidamente por la marea naranja.  Aquí el 30 de abril, hasta el año pasado, el Día de la Reina, es la madre de todas las fiestas. Ese día la gente se viste de naranja, se permite tomar alcohol en la vía pública, vender toda clase de artículos en la calle sin que sea necesario algún permiso especial y todo es alegría. Por este motivo se justifica la monarquía, pues nadie quiere que desaparezca la fiesta del 30 de abril.

Gracias a la discreción y buen hacer, la familia real holandesa goza de una excelente reputación y cuenta con el respaldo de la inmensa mayoría de la gente. También gracias a que Guillermo Alejandro nació un 27 de abril, la fiesta nacional seguirá intacta, sólo se recorrerá tres días.

Los nuevos monarcas se han ganado el cariño de su pueblo por salirse del protocolo de vez en cuando. Guillermo Alejandro participó en 1986 en el maratón de patinaje de 200 kilómetros con un nombre falso, y en la meta lo esperaban sus orgullosos padres.

Máxima, por su parte, nadó en los canales de Amsterdam el 9 de septiembre del 2012 para reunir fondos para investigar sobre la enfermedad Esclerosis Lateral Amiotrófica. Son una pareja muy querida por el pueblo holandés y todos están seguros que cumplirán con creces las expectativas.

Dianeth Pérez Arreola (México) es egresada del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial. Licenciada en Ciencias de la Comunicaciónpor la Universidad Autónoma de Baja California, actualmente vive y desempeña su actividad en Leiden (PaísesBajos).