lunes, 20 de enero de 2014

GUERRA CIVIL EN MÉXICO

 Escribe Dianeth Pérez

Hace un par de semanas salieron a la luz unas fotos de una artista mexicana y su novio millonario con una presa cazada por ellos. El escándalo estalló en las redes sociales, mientras que el estado de Michoacán está en guerra civil y no pasa nada. Es más fácil criticar desde la comodidad del hogar a protestar contra la ineptitud del gobierno y exigir soluciones.

El narcotráfico ha hecho tanto daño que la respuesta de la gente es la formación de “autodefensas”. Grupos armados que hacen lo que debería hacer el gobierno: terminar con los secuestros, extorsiones, violaciones, robos y abusos de los cárteles de la droga. Se ha enviado al ejército a resolver la situación y éste se ha dedicado a combatir sólo a las autodefensas. El narco está demasiado infiltrado en la política y el ejército como para que el problema tenga una solución fácil y en el corto plazo.

El anterior presidente, Felipe Calderón, declaró la guerra al narcotráfico al inicio de su gestión, dejando como resultado entre 60 y 90 mil muertes violentas y dejando intacto el poder de los cárteles. En los primeros ocho meses de Enrique Peña Nieto al frente de la presidencia de la república, los muertos superaban los 13 mil. Todo esto según cifras no oficiales, pues para el actual gobierno las cosas no están tan mal.

Colgados, desmembrados, disueltos en ácido, ejecutados. La violencia de los cárteles aumenta y vivimos sumidos en un estupor cuando de cuestiones importantes se trata pero reaccionamos rápido y con el hacha en la mano si algún famoso mata un venado. Tal vez reaccionemos cuando todas las entidades del país tengan los problemas que tiene ahora tiene Michoacán, porque entonces sí, cuando nos toca a nosotros queremos que todos tomen partido, pero mientras sea “allá”, “en el sur”, pues pobrecitos y “ojalá se arregle”.

Al paso que vamos no tardaremos mucho. Ahora nos consolamos diciendo “qué bueno que no somos Venezuela”, pero para allá vamos mientras la gente siga reaccionando con indiferencia ante la ola de violencia. México somos todos. No podemos dejarnos ganar, el país se nos va de las manos si no tomamos las riendas y encaramos los problemas. Michoacán es sólo la punta del iceberg.

Dianeth Pérez Arreola (México) es egresada del Máster en Comunicación Periodística de la Universidad Complutense de Madrid. Colabora en varios proyectos periodísticos y vive en los Países Bajos desde 2003.