miércoles, 16 de julio de 2014

SALARIOS

 Escribe Dianeth Pérez

En los Países Bajos existe la llamada “norma Balkenende”. El nombre viene del apellido del ex Ministro Presidente Jan Pieter Balkenende (2002 – 2010), y aunque desde 2006 era un instrumento “voluntario”, se hizo ley el 2013. Esta norma consiste en que ningún administrador público debe tener más ingresos que el 130 por ciento del salario del presidente.

La norma nació como resultado de crecientes protestas por los altos salarios y las jugosas indemnizaciones por despido de ciertos funcionarios. El 2013 el tope de ingresos por año fue de 228 mil 599 euros (poco más de 4 millones de pesos, igual a 333 mil 900 pesos por mes).
Recientemente, administradores de organismos de vivienda se han visto involucrados en escándalos por llevar a la quiebra a sus entidades y a cambio, llevarse bonos de cientos de miles de euros, pactados desde la firma de su contrato.

Desde hace un mes se afina la ley que entrará en vigor el año próximo para limitar también los bonos en bancos y aseguradoras. Éstos no podrán exceder del 20 por ciento del salario anual total. Una propuesta muy bien respaldada por la sociedad, pues mientras el gobierno rescataba a los bancos no hace mucho, los bonos seguían otorgándose. Los salarios de los banqueros subieron 5.8 por ciento en el 2013, mientras que el ingreso de los trabajadores holandeses aumentó solo 2 por ciento.

En otro caso, una organización que posee edificios de vivienda social (Vestia), que perdió billones de euros apostando en derivados financieros de riesgo, “premió” a su director con un bono de 3 millones y medio de euros tras su renuncia.

El gobierno enfrenta ahora una lucha contra la cultura de los bonos, tomando en cuenta que apenas ahora el país se empieza a recuperar de la crisis del 2008. Además los subsidios y ayudas sociales se han recortado, al igual que las pensiones.

Algo que llama la atención en Países Bajos es su afán por minimizar las diferencias sociales. En barrios ricos siempre hay viviendas destinadas a familias o personas de escasos recursos, para no crear guetos. Las escuelas privadas son contadas y la práctica privada de la medicina, no existe.

A los holandeses les asombra el contraste social y la desigualdad en México: los ricos muy ricos y los pobres muy pobres. Mientras tanto los salarios del presidente, altos funcionarios, ministros, magistrados y políticos son un insulto en un país donde el 40 por ciento viven en la pobreza y tienen muy pocas posibilidades de salir de ella.

Dianeth Pérez Arreola (México) es egresada del Máster en Comunicación Periodística de la Universidad Complutense de Madrid. Colabora en varios proyectos periodísticos y vive en los Países Bajos desde 2003.