lunes, 17 de noviembre de 2014

EL GRAN CANAL DE NICARAGUA: UN PROYECTO DE 50.000 MILLONES DE DOLARES PLAGADO DE OPORTUNIDADES, NO POCOS PROBLEMAS Y, POR AHORA, CON ALGUNOS MISTERIOS

Escribe José Luís Mingo

Mi  buen amigo Deylin Gutiérrez,  el gran periodista nicaragüense, ha llamado mi atención sobre un tema al que, embebido en el devenir de lo cotidiano,  hasta ahora no había dado la  importancia que tiene, ahora en sus comienzos para Nicaragua y luego, cuando entre en  actividad, para el bienestar de Centroamérica, para el comercio marítimo e incluso para el ajuste del mapa geopolítico mundial, el Gran Canal de Nicaragua. 

En consecuencia, he dedicado un tiempo a tratar de comprender, buceando en informaciones múltiples, aunque no demasiadas, contradictorias y seguro, para unos u otros,  interesadas,  lo que  realmente es el proyecto del Gran Canal y  lo que, de llegar a construirse, puede ser y significar  en el futuro.

Este artículo, aunque largo, es un mero y corto resumen de lo que ahora sé sobre el proyecto del Gran Canal y, sobre todo, la exposición de lo que no sé sobre  no pocas cuestiones cuya solución implica o implicará la toma de  decisiones muy difíciles de adoptar  por quiénes tienen  el poder de decisión y muy costosas de aceptar por una parte significativa de la sociedad nicaragüense y centroamericana, además de los ecologistas del mundo entero.

Comenzamos con tres  datos significativos:

Nicaragua tiene una  superficie de  130.000 Km2, una población de 6 millones de habitantes y un PIB per cápita de 1.800 $. Los mismos datos para Panamá, el país que cruza el Canal de Panamá: 75.000 Km2 de superficie, 3,8 millones de habitantes y un PIB per cápita de 11.036 $.Y, evidentemente de ello se desprende que Nicaragua no es hoy un paraíso de riqueza y bienestar y  que es mucho menos rico que Panamá.
 
 Y ahora el tema del Gran Canal de Nicaragua:

En primer lugar, decir que uno, acaso el principal anhelo colectivo de los nicaragüenses, desde el siglo XIX e incluso del XVIII,   es  la construcción del Gran Canal de Nicaragua y que este anhelo, ha sido  objeto de una decena de proyectos,  desde  antes de que se pensase en el Canal de Panamá, que nunca han  llegado a ser realidad.

Sin embargo ahora las cosas han cambiado o, al menos, parece que han cambiado: El 7 de junio de 2013 el Sr. Ortega, Presidente sandinista de Nicaragua, otorgó  a la empresa HK     Nicaragua Canal Development  la  concesión, por 50 años renovables  por otros 50  del Gran canal de Nicaragua, y el día 13 del mismo mes, en  un debate de tres horas, la Asamblea, dominada por el partido sandinista,  aprobó  la Ley Especial para el Desarrollo de Infraestructura y Transporte Nicaragüense atingente a El Canal, Zona de Libre Comercio e Infraestructuras Asociadas" que ratifica la decisión del Presidente de la República.

La decisión del Parlamento de Nicaragua implica la construcción y explotación por la mencionada empresa del  Gran Canal que, con una longitud de 278 kilómetros, una anchura de entre 230 y 500 metros y una profundidad media de 29 metros, unirá el Océano Pacífico con el Océano Atlántico; además del Gran Canal, el Presidente y la Asamblea de Nicaragua han concedido  a  la misma empresa  el desarrollo y explotación de dos grandes puestos;  un oleoducto para unir los litorales de los dos océanos, un ferrocarril con similar recorrido, un aeropuerto internacional, dos complejos turísticos y, dicho con palabras sencillas,  otros negocios que el Sr.  Wang Jing propietario de    HK     Nicaragua Canal Development  considere oportuno emprender.
 
El monto económico del proyecto  asciende a 50.000 millones de dólares americanos, nueve veces más de lo que va a costar la ampliación en curso del Canal de Panamá. Esta enorme  cifra es global  y su  desglose por el momento desconocido.

Es interesante resaltar  que el  coste del Gran Canal de Nicaragua, ha sido fijado do sin que existan estudios geológicos conocidos de los terrenos por los que va a pasar,  no se ha realizado o, al menos, no se ha publicado,  ningún  estudio completo  sobre el impacto  en el medio ambiente que se producirá en el lago Cocibolca, el segundo mayor de América, en el que hay que excavar una zanja   que baje una media de 16 metros el suelo del lago, en un ancho  de 200 o 300 metros, a lo largo de más de 100 kilómetros y eso sin que se sepa si el suelo es de  arenas  blanda, rocas volcánicas o durísimos granitos. Bien es verdad que por muy grande que sea la obra, hoy la tecnología ya disponible  por  no pocas empresas constructoras en el mundo puede hacer la obra propuesta e incluso otras mayores, en poco tiempo si se dispone de la financiación adecuada.

Evidentemente, el posible impacto en  el medio ambiente preocupa muchísimo a un número incierto pero sin duda muy numeroso de ciudadanos de Nicaragua y a  los expertos medioambientales que temen una gran catástrofe ecológica en la que no se descarta  la desaparición de casi toda la vida vegetal y animal del lago. En mi opinión, por lo que he leído,  probablemente los expertos tienen mucha razón, el lago  Cocibolca va a quedar muy dañado por las obras del canal. Pero, la realidad actual es que el lago ahora está tan deteriorado que ya es imposible su recuperación a niveles ecológicamente “razonables”, más aún, en estos momentos, “sin hacer añadir nada malo a lo malo que se está haciendo”, ecológicamente, el Cocibolca está perdido. Detener  la destrucción el lago y recuperarlo ecológicamente es económicamente un imposible para Nicaragua y, acaso, sean las obras del canal y su rentabilidad posterior, lo que pasados bastantes años permita a los nicaragüenses volver a tener lo que fue en otro tiempo una maravilla de la naturaleza.

En cuanto a la rentabilidad económica del proyecto, los expertos en tráfico marítimo expresan  opiniones de todo tipo,  desde los optimistas que estiman que entienden que las previsiones de crecimiento del tráfico marítimo hacen pensar que el canal puede generar importantes beneficios en pocos años hasta los que piensan que harán falta más de treinta años para que el nuevo canal sea rentable. Bien es verdad que  el Canal de Panamá tardó casi cuarenta años desde su puesta en funcionamiento en convertirse en la mina de oro que ha sido y seguirá siendo con su actual ampliación, desde la mitad del siglo XX hasta nuestros días. Y, en cualquier caso, desde ya, se van a crear muchos miles de puestos de trabajo y un chorro enorme de dinero va impulsar la economía nicaragüense con una fuerza que nunca ha tenido y propiciar una etapa de bienestar también hasta ahora desconocida.

Bien es verdad que el tema de la rentabilidad del Gran Canal podría ser secundario para la empresa concesionaria si, como estiman algunos expertos en geopolítica, construirlo y administrarlo es,   o puede ser,  parte de una extraordinaria  apuesta estratégica de China en su carrera para alcanzar el liderazgo mundial, en lo económico y en lo político,  antes de que termine el siglo XXI.

En cualquier caso, sea cual sea la rentabilidad inicial del Gran Canal de Nicaragua y si es o no es tema estratégico chino, la realidad para los nicaragüenses, repetimos,  es que supone muchos miles de puestos de trabajo directos e indirectos  y  muchísimos millones de dólares que de un modo u otro se va a ingresas en su bolsillo la sociedad nicaragüense. 

Aspecto interesante en todo el proyecto  es que la entrega de la Concesión haya  sido directa, es decir, se ha otorgado  a  HK Nicaragua Canal Development  sin que  nadie, persona, empresa o consorcio nicaragüense o internacional,  haya  tenido la oportunidad de presentar propuestas para optar a  este proyecto, que será, si llega a término, sin duda uno de los más emblemáticos y costosos de los hasta ahora soñados en el siglo XXI.

Visto con ojos europeos esto puede parecer un disparate, pero también puede ser una magnífica muestra del sentido común del Presidente de Nicaragua, veamos el por qué de esta afirmación  con una simple pregunta: ¿Dispone el Gobierno de Nicaragua de la capacidad de gestión y del  dinero para elaborar un Pre-Proyecto, con inclusión de estudios de mercados, planificación del desarrollo del proyecto, zonas de influencia, de análisis de suelos, estudios del impacto  medio ambiental en todo el recorrido,  limitaciones, estimaciones de costes, tiempos de construcción, oportunidades de financiación, etc. y luego convocar y atraer a  grandes consorcios empresariales a pujar,  en un macro concurso internacional,  para la construcción y posterior explotación del Gran Canal? No, estoy seguro de que no, si al Presidente Ortega se le hubiera ocurrido esta idea hace diez años y hubiera tratado de ponerla en marcha, pienso  que se hubiera gastado el  dinero que no tiene y, lo que es peor, se estaría todavía muy lejos de  poner negro sobre blanco el contenido del Pre Proyecto.

Un tema relevante que atrae la atención de los críticos con el proyecto  es la escasa información  que hay sobre la  empresa concesionaria. De ella se sabe que bajo la presidencia del Sr. Wang Jing, es parte de un conglomerado con más  de veinte empresas interrelacionadas, con sedes  en distintos países, entre ellos China, Hong Kong, Islas Caimán, Holanda y  Nicaragua, con la particularidad de que solo una  de esas empresas tiene un capital superior a 50.000 $, sí  cincuenta mil, dólares;  la única con más capital, que es la  realmente importante y  la base del imperio y de la riqueza del Sr. Wang Jing,  es la telefónica china Xinwei, que, tiene un tamaño gigantesco y trabaja con intensidad  en proyectos de alta tecnología  para las Fuerzas Armadas y de Seguridad de la República Popular y menos  en el mercado de empresas y  particulares. Por supuesto, Xinwei puede arrastrar a muy importantes empresas chinas y transnacionales de otros países a participar en el proyecto.

En cuanto a los máximos responsables del proyecto, el Sr. Ortega, Presidente de Nicaragua y el Sr.  Wang Jing, lo que se sabe es que, el primero ha sido y es un prohombre de la Revolución Sandinista, un Líder Bolivariano, un Enemigo del Capitalismo y ello hace que parezca muy extraño que, sin explicar una palabra ni  contar con nadie, haya otorgado  durante 100 años  la concesión del Gran Canal de Nicaragua, dos grandes puertos, un ferrocarril, un oleoducto, dos grandes complejos turísticos y un aeropuerto internacional a una empresa  que es parte de un entramado empresarial chino, presidido por el segundo,  el Sr. Wang Jing, un hombre de 42 años  que vive en Pekin, dice viaja en un  jet privado Dassault Falcon 7x  y  que, según se dice,  los rumores que circulan en China, es un capitalista millonario, nieto de uno de los Grandes Ancianos,  que goza de  muy buenos contactos en  el mundo empresarial, político y militar de la República Popular.

Evidentemente, de lo anteriormente expuesto,  podemos concluir que el proyecto del Gran Canal de Nicaragua y los subproyectos que tiene asociados, aunque apasionante y, si llega a construirse fundamental para el futuro de Nicaragua y acaso de todo el mundo, está lleno de misterios: sus características técnicas, su impacto medioambiental, lo qué va a pasar con la gente que vive  a lo largo de la inmensa zanja que va a cortar en dos la tierra de Nicaragua, cuales son las empresas que  van a mover las tierras y  construir  lo mucho que hay que construir, las que van a realizar la explotación, los inmensos costes y su financiación, el por qué un revolucionario anticapitalista ha concedido a un rico capitalista chino el Gran Canal de Nicaragua que es, desde siempre, el sueño colectivo de los nicaragüenses.

Y, para terminar, otro tema: en Nicaragua existe un serio   malestar en la sociedad que se expresa en las calles y  parece  crecer  cada vez más y  va camino de alterar  la convivencia social. Además, las autoridades de Costa Rica, frontera sur de Nicaragua y las de Panamá  no parecen satisfechas con el proyecto y cualquiera puede pensar que dentro de sus posibilidades estos países añadan dificultades para reducir el impacto negativo que para sus intereses puede  tener la construcción y puesta en actividad del gran Canal de Nicaragua.

Nota: 

Para conocer más sobre el tema  del Gran Canal de Nicaragua, vale la pena leer el artículo de Deylin Gutiérrez Acariciando el sueño del Canal Interoceánico, en la revista Nicaraocalli, que puede verse en  la dirección: http://nicaraocalli.wordpress.com/2013/10/23/acariciando-el-sueno-del-canal-interoceanico-deylin-gutierrez/

Gran cantidad de información y opiniones sobre el proyecto, especialmente en sus visiones menos positivas, se encuentra  en el  Confidencial Digital de Managua y cuya dirección electrónica es http://www.confidencial.com.ni/

 
José Luís Mingo Zapatero (España) es profesor del Máster en Comunicación Periodística, Institucional y Empresarial de la Universidad Complutense de Madrid. Profesionalmente es consultor de empresas.